Cocteles Añejados

Esta técnica, que permite la evolución y transformación del cóctel, depende del tiempo y de la madera, gracias a los cuales se pueden degustar fórmulas tradicionales como el Dry Martini, Manhattan o Negroni con un sabor muy diferente, y en muchos casos la base más común utilizada es el whisky. La combinación de Habanos con cócteles añejados, en este caso el muy cubano Presidente, de seguro no será la única, pues este es apenas uno de los primeros pasos en un terreno poco explorado, pero que promete ser uno de esos horizontes abiertos para bartenders, , cuyo único límite será la imaginación.

¿Cuál es el principio?


Los bartenders ponen a reposar en barricas, por 20 días, un mes, o incluso más tiempo, recetas con bebidas, espirituosas, quizás alguna especia y hierbas aromáticas. La intención es obtener un cóctel digestivo con las nuevas propiedades que le confiere la madera, ya sea en cuanto a colores, aromas o sabor.


El paladar agradece el resultado de esta bebida, que se caracteriza por ser balanceada, con fuerza alcohólica, sedosa en boca, y con los sabores a barrica y a especias que le confiere la misma, como puede ser vainilla, canela, cacao o café.
Lo que sí está claro, es  que la permanencia en barrica no debe ser muy extensa (alrededor de 4 ó 6 meses) para que no sobresalgan otros exponentes que pongan en desventaja a los primarios identificadores de cada cóctel.
Indudablemente, con el proceso de añejamiento se han logrado cócteles digestivos que atrapan cada vez más al cliente en la sobremesa, y que encuentran su punto clímax cuando se maridan en perfecta armonía con un buen Habano.

Cortesia de Bar Academy