HABLEMOS DEL MOSCOW MULE

HABLEMOS DEL MOSCOW MULE

En la década de 1940 uno de los cócteles más solicitados en las barras de Los Ángeles era el Moscow Mule. A consecuencia del exceso de stock por partida triple de tres empresas a las que les debemos este maravilloso y accidental cóctel. Resulta que el propietario del restaurante Conck ‘n’ Bull de Sunset Boulevard, de nombre Jack Morgan, se había excedido con el último pedido que había elaborado de ginger beer. Su mayor temor era que el descuido le ocasionara una gran pérdida económica si no conseguía darle salida al producto. Morgan tenía un amigo, John G. Martin, que también se encontraba en una situación similar. Martin había invertido una fuerte suma de dinero en 1938 para obtener los derechos de distribución del vodka Smirnoff en Estados Unidos, pero no conseguía impulsar las ventas debido a que a los norteamericanos no les terminaba de convencer el Vodka, gracias al recelo ante las cuestionantes políticas de la guerra que se suscitaba entonces.

Durante una comida en la que ambos compartieron sus penas y su mala planificación con la industria, vislumbraron una solución: si conseguían crear un cóctel que combinara ambos productos y tuviera éxito, podrían darle salida a sus stocks de vodka y ginger beer y salir airosos de la situación en la que se encontraban. Así que le encargaron al barman Wes Price, que por entonces trabajaba en el Cock’n’Bull, que ideará una receta con la que solucionar el enredo y consiguiera el equilibrio gracias a un chorro de zumo de limón.

El resultado fue el Moscow Mule, un sencillo y a la vez refrescante cóctel cuyo éxito fue mucho mayor del que esperaban Morgan y Martin. El nombre de Moscow Mule es por que lleva el vodka Ruso (Smirnoff) y Mule, por que se sentía como patada de mula (demasiado fuerte para algunos).

También nacieron variaciones en las cuales se le agrega Amargo de Angostura. También existe el llamado “Three Legged Mule” que contiene whisky, el “George Special” que se sirve con una rodaja de naranja en lugar de limón, el “Garden Mule” con pedazos de melón y pepino, y el “Vanilla Mule” que se sirve con vodka de vainilla, jugo de limón, cerveza de jengibre y un poco de hojas de menta.

Para entender por qué tuvo tanto éxito hay que incluir un tercer exceso de stock en la fórmula: el de jarras de cobre en el almacén donde trabajaba la novia de Morgan. Así fue como el Cock’n’Bull presentó en 1940 su Moscow Mule servido en jarras de cobre. Éstas llevaban serigrafiado el nombre de diversas estrellas de cine, lo que hizo que el cóctel despertara el interés entre el star system de Hollywood y, de paso, se popularizara por todo el país.